Es esencial poner en práctica los siguientes consejos para evitar ser víctimas de la desinformación y no contribuir a propagarla:
- Consultar varias fuentes. Al conocer una información se deben consultar fuentes de confianza para tener una idea más completa y precisa. La verificación de hechos es un asunto crucial.
- Desarrollar pensamiento crítico. Lo anterior también será de gran ayuda para analizar una información de manera más objetiva y determinar si lo publicado es verdadero o falso.
- Usar el sentido común. Además, consultar varias fuentes es primordial antes de compartir una información. Si no fuese auténtica, se desinformaría a otras personas.
- Comprobar la fecha de publicación. Hay que asegurarse de que la información recibida es relevante en el momento en que se está consultando.
- Identificar patrones comunes. Los titulares sensacionalistas o inverosímiles suelen utilizarse para desinformar.
- Comprender el contexto. Contextualizar la información es clave para evitar malentendidos y tergiversaciones.
- No dejarse arrastrar por la emoción. A menudo, quienes pretenden desinformar buscan generar respuestas emocionales. Por ello, hay que mantener la calma y, como se ha comentado anteriormente, analizar la información recibida de manera objetiva.
- Reportar la desinformación. Si se identifica información que no es veraz, es aconsejable ponerlo en conocimiento de la plataforma o medio que la haya difundido para contribuir a frenar su difusión.
- Fomentar el diálogo constructivo. En Internet tienen que promoverse discusiones basadas en hechos y evidencias.
- Participar en educación digital. Por último, los expertos recomiendan adquirir nociones sobre alfabetización mediática e informacional. Y compartir ese conocimiento con otras personas con el objetivo de construir una sociedad más informada.